
Charlando con mi querido amigo Osito, que "habita" en Los Angeles, concluimos que cada uno de nosotros nos encontramos también allí donde hacemos "acto de ausencia". Su ausencia está aquí en Tijuana, presente entre nosotros que lo recordamos y que lo queremos. Mi ausencia está allá en Argentina, donde mi familia sigue queriéndome, donde las calles siguen esperando mis pasos. Su ausencia está en Barcelona, donde los edificios de Gaudí esperan su mirada. Mi ausencia está en Londres, adonde Conan Doyle me invitó a pasear cuando leía las Aventuras de Sherlock Holmes. Pero no estamos ausentes en aquellos lugares en donde no nos interesa estar o en donde no nos extrañan. El Osito me invitaba, entonces a un juego: "vamos a hacer acto de ausencia en algún lugar; yo voy a hacerlo en Barcelona". Yo le planteé que mi ausencia estaba tan presente en Argentina que hasta me manda mensajes a través de mi madre, de mis hermanos y de mis amigos para decirme que estoy allá también, sentado en las mesas de los asados, con una cerveza en la mano en algún bar.
Hoy voy a hacer acto de ausencia entonces, allá en Londres. A ver, que mi ausencia me espere por allá que en algún momento llegará mi presencia para reemplazarla.
Recordando un poco también una charla que me tocó en suerte tener con Eliseo Alberto, el escritor cubano radicado aquí en México y que hace su acto de ausencia allá en Cuba, nos contaba que en Madrid, muchos restaurantes tienen carteles que pregonan:
"En este restaurante estuvo Hemingway", pero que se encantó con uno en particular que ostentaba un cartel diciendo:
"En este resaturante nunca estuvo Hemingway". ¿Y tú, dónde no estás?