22 abril 2007

La Fiesta

Hipnosis de colores. El rojo, sobre todo el rojo.

El olor a hierro de la sangre. El lodo sanguinolento de ese espacio enorme donde esquivo la muerte. Los gritos.

Las miradas que se me clavan en las vértebras. Las caras que me ven moverme, que van adivinando las gotas de mi sudor. Los gritos.

Años de prepararme, para resolverlo todo en unos minutos.

¿Qué será lo que me atrae aquí? ¿El cielo redondo, la arena redonda, el mar de pañuelos en el medio? El mar viene en oleadas. ¡Ole! y otra oleada de adrenalina. ¡Ole! y ahí va otra más que se me escapa…

Nunca fue tan “frente a frente” como ahora. ¡Eh! ¡Aquí estoy!, ¡ven!, ¡arremete! ¿Qué es lo que te mueve a ti?, ¿miedo?, ¿pasión?, ¿los gritos?

El miedo es un motor que me empuja, que me aprieta los huesos y que se oye salir con esta respiración que al regresar me trae una marea de olores como un laberinto en el que nos buscamos. Y ahí estás, como dispuesto al encuentro final. Y te vas... y me voy... y regresamos.

Es un juego que de tanto jugar se hace arte. Buscarnos, perdernos. Nos concentramos en el laberinto y en cada salida nos encontramos. ¡Aquí estoy otra vez!, ¡arremete!

Mírame a los ojos. Adivíname. Ya sabes de qué se trata el juego. Encuéntrame. Vamos a darle fin. Tú o yo. Por un momento no oigas los gritos. Concéntrate. ¡Arremete!

Ya. Hoy me tocó perder a mí. Abre los brazos. Celebra este arte de los dos. Vive la fiesta.

17 abril 2007

Serendipia

En Las aventuras de Arthur Gordon Pym, escrito por Edgar Allan Poe en 1850, se cuenta la historia de un naufragio cerca de las Islas Malvinas del cual quedan cuatro supervivientes en una balsa. Acuciados por el hambre, sortean entre ellos a quién van a matar para comérselo, y pierde un grumete llamado Richard Parker. En 1884, una goleta británica naufragó cerca de las islas Sandwich. Quedaron cuatro supervivientes, y echaron a suertes a quién debían matar para comérselo y sobrevivir. La suerte decidió que el desafortunado fuera un grumete llamado... Richard Parker. Serendipia literaria: en este caso la realidad pareció querer imitar a la ficción.

No te debo la vida, sino las ganas de vivir

04 abril 2007

Un Pacto

Un pacto para vivir,
odiándonos sol a sol,
revolviendo más
en los restos de un amor
con un camino recto
a la desesperación.
Desenlacé en un cuento de terror.

Seis años así
escapando a un mismo lugar
con mi fantasía,
buscando otro cuerpo,
otra voz
fui consumiendo infiernos,
para salir de vos.
Intoxicado, loco y sin humor...

Si hoy te tuviera aquí,
cuando hago esta canción,
me sentiría raro.
No tengo sueño,
mi panza vibra,
tuve un golpe energético;
milagro y resurrección.
Y eso que estaba tieso,
bajo control.

El poder siempre mata,
si para tenerte aqui
habría que maltratarte,
no puedo hacerlo.
Sos mi Dios,
te veo me sonrojo y tiemblo.
¡Qué idiota te hace el amor!
Y hoy quiero darle rienda,
a esta superstición...

Un pacto para vivir...

Un Pacto, de la Bersuit Vergarabat