20 agosto 2006

Los sueños pasan volando

Corta con precisión el plástico que envuelve los cubiertos. Los coloca en el hueco rectangular de su bandeja. Quita la película que cubre el plato. Hace a un lado el queso y corta por la mitad la aceituna para evitar que ruede de un lado a otro. Abre el paquete de las galletas, las quita del interior y las parte por la marca que las divide, para luego volver a introducirlas al paquete junto con las migas que se ha preocupado por levantar de la bandeja, una a una, pegándolas a la punta de su dedo previamente ensalivado. Hace una bolita perfecta con el plástico que envolvía el plato -una bolita casi exactamente idéntica al agujero del bote de soda, adonde la introducirá luego de haberse bebido el contenido de un solo trago-. Delicadamente corta con ambos índices y pulgares una esquina del sobrecito de azúcar y vierte el contenido en el vaso de café al que mezcla con un movimiento en espiral hacia el centro primero y hacia el exterior después. Quita el mezclador y se lo lleva suavemente a la boca. Sorbe los restos de café y toma el sobre vacío de azúcar para envolver con él el mezclador y depositarlo en el bote de soda improvisado como basurero. Se limpia suavemente la punta de los dedos con una servilleta que vuelve a colocar debajo de los cubiertos. Levanta el tenedor y pincha un trozo de queso llevándoselo a la boca. Deja a un lado el tenedor y toma el paquete de las galletas y, al extraer una, golpea con el dorso de la mano el vaso del café volcándolo sobre sus piernas. Da un respingo y con las rodillas choca en la mesa rebatible dando por el suelo con la bandeja y todo el contenido. El cinturón de seguridad no le permite ponerse de pie, pero lo intenta, y en el intento golpea mi hombro y me despierta. Volteo a ver, pero no hay nadie junto a mí en los asientos y todo el mundo duerme en el resto del avión.

13 agosto 2006

En este restaurante nunca estuvo Hemingway


Charlando con mi querido amigo Osito, que "habita" en Los Angeles, concluimos que cada uno de nosotros nos encontramos también allí donde hacemos "acto de ausencia". Su ausencia está aquí en Tijuana, presente entre nosotros que lo recordamos y que lo queremos. Mi ausencia está allá en Argentina, donde mi familia sigue queriéndome, donde las calles siguen esperando mis pasos. Su ausencia está en Barcelona, donde los edificios de Gaudí esperan su mirada. Mi ausencia está en Londres, adonde Conan Doyle me invitó a pasear cuando leía las Aventuras de Sherlock Holmes. Pero no estamos ausentes en aquellos lugares en donde no nos interesa estar o en donde no nos extrañan. El Osito me invitaba, entonces a un juego: "vamos a hacer acto de ausencia en algún lugar; yo voy a hacerlo en Barcelona". Yo le planteé que mi ausencia estaba tan presente en Argentina que hasta me manda mensajes a través de mi madre, de mis hermanos y de mis amigos para decirme que estoy allá también, sentado en las mesas de los asados, con una cerveza en la mano en algún bar.

Hoy voy a hacer acto de ausencia entonces, allá en Londres. A ver, que mi ausencia me espere por allá que en algún momento llegará mi presencia para reemplazarla.

Recordando un poco también una charla que me tocó en suerte tener con Eliseo Alberto, el escritor cubano radicado aquí en México y que hace su acto de ausencia allá en Cuba, nos contaba que en Madrid, muchos restaurantes tienen carteles que pregonan: "En este restaurante estuvo Hemingway", pero que se encantó con uno en particular que ostentaba un cartel diciendo: "En este resaturante nunca estuvo Hemingway".

¿Y tú, dónde no estás?

04 agosto 2006

Camarada Dios



Amador: - ... Dios no cree en nosotros y menos cree en ti, Santa...

Santa: - Pregúntale al soviet si existe Dios, él estuvo más cerca porque iba a ser cosmonauta.

Serguei: - De hecho, cuando el camarada Gagarin regresó de su vuelo orbital los periodistas le preguntaron lo mismo: "¿Ha visto a Dios allá arriba?". "Sí -respondío- "he visto al camarada Dios allá arriba y me ha pedido que les diga que no existe"

Diálogo entre los compañeros desocupados en el bar, de la película Los Lunes al Sol, con Javier Bardem.